Camino del Norte de Islandia

Durmiendo en medio de la nada

Llevamos ya más de 780km pedaleados por Islandia, hemos recorrido el sur, los fiordos del Este y ahora nos encontramos en el Norte. Islandia nos ha demostrado lo duras que son las cosas por aquí, llevamos más de diez días sin dormir en una cama. Excepto los dos primeros, no hemos vuelto a ver el sol, nos ha llovido todos los días de forma continua, solo hemos tenido pequeñas treguas, vivimos mojados, con una temperatura que rara vez alcanza los 5°C y lo peor, ese viento polar que sopla diariamente sin cesar, haciendo que nos ganemos cada metro que avanzamos como si estuviéramos condenados a trabajos forzados. Está siendo duro, muy duro, pero a eso vinimos, por otro lado la isla nos recompensa con una naturaleza impresionante que nos devuelve la humildad como humanos. Y lo mejor de todo, nuestros miedos antes de venir, acerca del clima, las condiciones, si seríamos capaces, han sido neutralizados, ahora sabemos que somos capaces, somos capaces de lidiar con el desaliento, de luchar cada metro, de buscarnos la vida cuando los elementos hacen imposible avanzar, lo más grande que nos ha dado Islandia es enseñarnos que todo, todo, todo lo que nos propongamos dependerá de nosotros mismos...

Pedaleando por los fiordos del Este

La cena, el mejor momento del día

Viento, cuesta arriba y un tándem completamente cargado, combinación letal...



Detifoss, la cascada más caudalosa

fumarolas volcánicas...

¿Has pedaleado alguna vez en la luna?

Pedaleando en los fiordos del Este con el chubasquero puesto todo el día






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