15 de octubre de 2008 desde Cuzco, día #216 de viaje
siete
Esta cantidad de din
ero necesaria para la visita es absolutamente desproporcionada para nuestro austero presupuesto, con los 300 dólares que nos costaría la visita, nosotros somos capaces de sobrevivir casi un mes por estas tierras, así que preguntando por aquí, preguntando por allá, y como gracias a Dios tenemos internet y uno lo usa con frecuencia, encontramos una forma un tanto rocambolesca, que requiere mucho más esfuerzo que el tren de lujo, pero que te permite ahorrar mucho dinero y que es conocida como el "Camino Inca de los pobres". Os la paso a relatar por si le puede servir a alguno de aquell
os que nos visiten o como nosotros, entre en Google buscando formas baratas de llegar a Machu Picchu... Nosotros fuimos hasta Urubamba en bicicleta, en pleno Valle Sagrado, allí nos dejamos a Rucio y Rocinante en el Cuartel de Bomberos que muy amablemente nos echaron una mano y desde aquí se lo agradecemos enormemente. Esta ruta se puede hacer igual desde Cuzco o desde Ollantaytambo. Se trata de montar en una combi o autobús hasta la localidad de Santa María, en la ruta de Quillabamba hacia la selva. Si se pretende hacer la visita en un día, para que salga más barato ya que los hospedajes en Aguas Calientes son más caros que en Cuzco, se debe tomar un transporte que salga alrededor de las 8 de la noche, para llegar a Santa María a eso de las 2:30h de la mañana. En Santa María hay que tomar una combi que te lleve por lo
s caminos hasta Santa Teresa y si se consigue negociar con el conductor que te lleve hasta la estación hidroeléctrica donde se empieza a caminar, si no se consigue esto hay dos opciones o caminar desde Santa Teresa hasta la hidroéléctrica aprox. 8km o tomar un taxi por 2-3 soles dependiendo tu capacidad de negociación. Una vez en la hidroeléctrica hay que empezar a caminar por la vía del tren, siempre bordeando el río Urubamba hasta Aguas Calientes. Nosotros llegamos a la hidroeléctrica a las 4:45h de la mañana y comenzamos a caminar de noche con las linternas, acompañados por un par de israelíes que tampoco estaban dispuestos a pagar los 96 dólares a la compañía del tren de marras. La estación hidroeléctrica está en el kiló
metro 122 de la vía y el pueblo de Aguas Calientes está en el km 111, por lo tanto toca caminar 11km por la vía, yendo ligero toma entre dos y dos horas y media, dependiendo del paso. En Aguas Calientes compramos la entrada al santuario y en lugar de subir al autobús, subimos los 750m de desnivel entre Aguas Calientes y Machu Picchu a pie por el camino. La subida es dura pero se puede hacer en 1h y cuarto a buen paso. Total que a las 8 y media de la mañana estábamos en la puerta de Machu Picchu, muy cansados, sin dormir apenas y con el tremendo miedo que sobre volaba nuestro pensamiento, el miedo a la desilusión. Desde pequeños hemos tenido ganas de conocer Machu Picchu, ha estado idolatrado en nuestro pensamiento, tantas fotografías, tantas historias de los Incas, en la puerta de entrada la incertidumbre acerca de si tanto esfuerzo por llegar se vería compensado po
r el santuario o por el contrario nos llevaríamos la desilusión de aquello que no alcanza las expectativas que uno se ha creado individualmente en su imaginación. Una vez cruzamos la puerta y entramos en aquel lugar se despejaron todas las dudas, empiezas a andar, rodeado de gente por todos lados, pero no importa, te quedas sin palabras, solo ante él, a cualquiera que tenga un gramo de sensibilidad se le ponen los pelos como clavos y se le olvida por completo todo lo que le ha tocado sufrir o pagar para llegar hasta allí. Te sientes pequeño ante aquel escenario que tantas veces has visto en fotos y en pantallas de televisión, el monte Wayna Picchu y el santuario a sus pies rodeado de los cañones que forma el rio Urubamba y las montañas llenas de vegetación de los alrededores. La verdad es que a pesar de todo Machu Picchu conmueve, no sólo por la vista sino por toda la historia que hay atrapada en esas piedras... Mucho mejor que yo, la pluma de Pablo Neruda expresó lo que se siente cuando uno llega allí: "...Me sentí infinitamente pequeño en el centro de aquel ombligo de piedra, ombligo de un mundo deshabitado, mundo orgulloso y eminente, al que de algún modo yo pertenecía. Sentí que yo mismo había trabajado allí en alguna
etapa lejana cavando surcos, alisando peñascos. Me sentí chileno, peruano, americano. Había encontrado en aquellas alturas difíciles, entre aquellas ruinas gloriosas y dispersas, una profesión de fe para la continuación de mi canto...". Después el mismo camino de vuelta, bajada a Aguas Calientes, caminata de nuevo hasta la hidroeléctrica y una vez allí a negociar con las combis si te pueden llevar a Urubamba o Cuzco por un precio razonable. Hay muchas combis de las agencias que vienen a traer turistas y vuelven vacías, así que los soles que le puedas ofrecer al chófer le van a venir de perlas, probablemente no lo declarará y le servirá de sobresueldo, de esta forma te puede salir más barato que con las combis de servicios regulares que valen lo que valen sin poder negociar. En total 50 soles por persona ida y vuelta, 16.50 dólares, frente a 110 dólares con el tren, eso sí 7 horas caminando y una noche sin dormir, pero como dije antes, mereció la pena visitar Machu Picchu al estilo tradicional inca, caminando mucho, parece como si el esfuerzo realzase las sensaciones obtenidas... En estos momentos nos encontramos descansando y disfrutando de Cuzco, en un par de días seguiremos nuestro camino hacia Puno en el lago Titicaca y después nos despediremos de Perú, cuando crucemos la frontera camino de la alborotada Bolivia...
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